 Desafió las reglas y la crítica de su época para convertirse en una de las fotógrafas más importantes de la historia.
Desafió las reglas y la crítica de su época para convertirse en una de las fotógrafas más importantes de la historia.Fue la primera mujer destacada y reconocida por sus retratos. Esta pionera de la fotografía nace en Calcuta, India, en 1815 y muere en Ceilán (Sri Lanka) en 1879. Hoy la reconocemos como una Gran Maestra de la Fotografía.
La figura de Julia Margaret Cameron ha permanecido vigente durante 
más de un siglo. Fue una mujer de excepción por numerosos motivos: 
educada y culta, amiga de los más importantes poetas, escritores y 
artistas de su tiempo, dama de sociedad casada con un importante 
jurista, mitad inglesa y mitad francesa. Su carácter y determinación 
hubieran resultado de interés aún si no hubiera hecho fotografías.
Sin embargo todas estas peculiaridades de su origen, historia y 
temperamento se amalgamaron cuando su hija y yerno le regalan una 
cámara.  
Lady Cameron, mujer hecha y derecha con hijos adultos, comienza a
 los 48 años una aventura inédita: iniciarse en la fotografía. A pesar 
de tener que aprender bajo condiciones muchos menos que ideales se 
convirtió en “una de los fotógrafas artísticas más eminentes del siglo 
XIX.”
 Tras la validación de la fotografía por parte de la reina Victoria, 
entre las damas de sociedad se puso de moda la realización fotográfica. 
“Después de la pionera Anna Atkins, otras británicas de posición 
acomodada y de una generación posterior dedicaron algunos años de su 
vida a la fotografía: Clementina Hawarden y Julia Margaret Cameron.”
 En el mismo tenor se encontraban Lady Eastlake  o Lady Berkeley: “El 
gusto por la práctica fotográfica en las señoras de alcurnia era bien 
vista.”
Tras la validación de la fotografía por parte de la reina Victoria, 
entre las damas de sociedad se puso de moda la realización fotográfica. 
“Después de la pionera Anna Atkins, otras británicas de posición 
acomodada y de una generación posterior dedicaron algunos años de su 
vida a la fotografía: Clementina Hawarden y Julia Margaret Cameron.”
 En el mismo tenor se encontraban Lady Eastlake  o Lady Berkeley: “El 
gusto por la práctica fotográfica en las señoras de alcurnia era bien 
vista.”
Pero Julia Margaret no era una señora de sociedad más matando el 
tiempo. Lo que la distinguió desde el primer momento es que ella tenía 
una clara visión de lo que quería lograr con la cámara y se empeñó tenazmente hasta lograrlo.
Juventud
 Cuando Julia Margaret Pattle 
 nació en 1815 el imperio británico estaba en su etapa colonialista más 
importante. La futura fotógrafa era inglesa nacida en Calcuta, hija de 
 James Pattle, funcionario en la East India Company y de Adelaine de l’Etang, de ascendencia aristócrata.
Cuando Julia Margaret Pattle 
 nació en 1815 el imperio británico estaba en su etapa colonialista más 
importante. La futura fotógrafa era inglesa nacida en Calcuta, hija de 
 James Pattle, funcionario en la East India Company y de Adelaine de l’Etang, de ascendencia aristócrata.Tenía otras dos hermanas de extraordinaria belleza: Sara y Virginia. Julia Margaret no era tan guapa, pero le daban el sobrenombre de “la talentosa”.
 De niña, Julia Margaret recibió una educación refinada. Pasó una temporada larga en Francia con su abuela. Fue en Versalles
 donde se puso en contacto por primera vez con las manifestaciones de 
las bellas artes. Su abuela la instruyó para convertirse en una dama de 
sociedad. Julia aprendió a ser  salonnière,  es decir, anfitriona
 de reuniones aristócratas. Esto, a la postre, le permitiría trabar 
amistad con los más grandes intelectuales y artistas de su generación. 
Probablemente sus ascendientes franceses le dieron el toque de suavidad y
 refinamiento que, combinados con la genética británica tenaz hasta la 
obcecación la convirtieron en una mujer peculiarmente persuasiva.
De niña, Julia Margaret recibió una educación refinada. Pasó una temporada larga en Francia con su abuela. Fue en Versalles
 donde se puso en contacto por primera vez con las manifestaciones de 
las bellas artes. Su abuela la instruyó para convertirse en una dama de 
sociedad. Julia aprendió a ser  salonnière,  es decir, anfitriona
 de reuniones aristócratas. Esto, a la postre, le permitiría trabar 
amistad con los más grandes intelectuales y artistas de su generación. 
Probablemente sus ascendientes franceses le dieron el toque de suavidad y
 refinamiento que, combinados con la genética británica tenaz hasta la 
obcecación la convirtieron en una mujer peculiarmente persuasiva.
Es “…hasta 1834, al borde de la edad adulta, cuando vuelve a la India.”
 En 1836 viaja a Sudáfrica para reponer su estado de salud tras una 
enfermedad. Esta excursión a la colonia británica septentrional, donde 
conoció a su futuro marido, cambió radicalmente la vida de Julia 
Margaret Pattle de l’Etang. via
 
 





